Mostrando entradas con la etiqueta planchar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta planchar. Mostrar todas las entradas

22 dic 2009

REGLA 4: "TRABAJAR EN CONJUNTO"

La relación de pareja es como una Sociedad.
A veces nos parecemos a una "Sociedad Anónima" porque de repente, no reconocemos al otro; o peor aún, no nos reconocemos a nosotros mismos.
Y otras veces nos parecemos a una "Sociedad de Responsabilidad Limitada", porque cada uno esta dispuesto a comprometerse con el otro, pero sólo hasta cierto punto.
Como toda Sociedad que se proyecta hacia el futuro con la incorporación de nuevos integrantes y la apertura de nuevas sucursales (cuando las cosas funcionan bien), para nosotros también es sencillo imaginarnos un hogar y una familia en el futuro; sin embargo, a veces nuestros "intereses" entran en conflicto y es ahí cuando corremos el riesgo (como toda Sociedad) de entrar en quiebra.
Es en esos momentos cuando él y yo, tenemos nuestras famosas: "Reuniones de Directorio".
Así es que, una vez al mes discutimos ( a veces más) porque la productividad está bajando , los recursos no son suficientes o no estamos logrando los objetivos que esperamos; y entonces cada uno, expone su análisis de la situación y los puntos a tener en cuenta. Él hace su presentación como en una especie de "power point", con porcentajes, probabilidades y diagramas de barras de nuestra relación en distintos periodos de tiempo. Y yo hago una presentación tipo monólogo, con ejemplos comparativos con otras sociedades y me remonto al inicio de nuestra propia Sociedad y me doy cuenta (mientras estoy hablando ) que el problema en cuestión, no es sino, un problema que deriva de otro problema anterior (que en este momento no recuerdo), pero que debe ser más importante que el problema que debatimos en ese momento ¿O no?
No.
Según él, yo hablo de cosas del pasado que no vienen al caso; y yo creo que él no quiere recordar esas cosas porque sabe que no le conviene. Entonces el problema se transforma en que, para él yo soy demasiado exagerada y para mí él es muy básico;  y entonces la razon por la que empezamos a discutir es por lo único que no discutimos.
Finalmente el resultado de nuestra "Reunión de Directorio"  termina igual que el de cualquier Sociedad: sin resolverse un carajo.
El problema es que dejamos de ser socios y ambos nos convertimos en "jefes".
Y en algo sí estamos de acuerdo, ninguno de los dos queremos tener un jefe que nos diga lo que tenemos que hacer con nuestra vida.
Así es que lo mejor que podemos hacer es un "coffe break" para despejar la mente y esperar que a él se le pase el enojo. Él acepta sorprendido, me dice que no está enojado (porque se le pasa rápido) y que está esperando que a mí se me pase el enojo.
Y yo le digo que no estoy enojada.
Y él suelta una carcajada.
Y a mí me da risa su risa.
Y de repente descubrimos que nosotros más que una "Sociedad" somos una "Asociación"; que estar juntos es una elección de todos los días y que al final ambos trabajamos en nuestra relación porque los dos tenemos el mismo interés: que esto funcione.

Después  de todo Damas y Caballeros, a veces "Uno y uno, son mucho más que dos"
... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... -















15 dic 2009

REGLA 3: "MENOS PALABRAS Y MÁS ACCIÓN" / RULE #3: "A LITTLE LESS TALK AND A LOT MORE ACTION".


Finalmente llegó el día en nuestra relación, en que es necesario dar el siguiente paso.
Yo lo amo, él me ama y hace un tiempo que vivimos juntos;  así es que tenemos que madurar y hacer lo que toda pareja tiene que hacer después de un tiempo de convivir juntos: 
Limpiar y ordenar nuestra casa.
Insisto en que la única manera de sobrevivir a esta experiencia es compartir tareas y entonces escribimos una lista con "las cosas que menos nos molesta hacer", para debatirlas y negociar.
"Justicia", lo llaman algunos. "Menos palabras y más acción", digo yo.
En fin, aquí va mi lista:

"Cosas que no me molesta tanto hacer": - COCINAR

Y acá va la lista de él:

"Cosa que estoy dispuesto a hacer": - COCINAR (los fines de semana).

Lo bueno de la situación es que descubrimos que estamos de acuerdo en lo que nos gusta y que eso es lo que hace que nos llevemos muy bien conviviendo.
Lo malo es que pensar parecido y actuar parecido (es decir, no haciendo nada) es lo que, en el transcurso de la semana, nos trajo problemas.
Porque resulta que para cumplir aquella única tarea que ambos habíamos negociado durante horas, había que empezar a hacer otras cosas, como por ejemplo, lavar los platos y limpiar la cocina.
Lo que inicia una nueva charla (porque al parecer el hada mágica que vivía con nosotros y hacía todas nuestras cosas cuando éramos pequeños ha tomado vacaciones) y de repente vemos cómo nuestro mono - ambiente, no sólo se transforma en un lugar gigantesco, sino que además parece haber sufrido el paso de un huracán.
Confieso que cuando pasa esto entro en pánico, no porque sea una obsesiva de la limpieza y el orden (nada más alejado de mi talento natural) sino porque, mientras él analiza las causas del caos (tirado en la cama), yo siento que todo empieza a cobrar vida propia y el departamento se vuelve contra mi.
Lo juro, de repente la pelusa del piso me sigue a todas partes, hay más hollín adentro que en toda la ciudad de Buenos Aires, todos los días aparecen lugares nuevos para limpiar y no sólo descubro que hay una ventana nueva en la habitación sino que me entero que las cortinas son blancas (no grises) y que también se lavan.
Pero eso no es todo:
- ¡¿Cómo puede ser que compro los productos más caros, combinados, con aroma refrescante de naranja, de limón; limpio siguiendo los pasos que indica el envase que tiene esa imagen de una cocina brillante y mi cocina nunca queda como la de la foto?!
- ¡¿Por qué nunca queda la cama tendida como en los hoteles?! ¿Por qué se sale la sábana por los costados, el acolchado siempre queda corto y hasta los almohadones quedan inclinados?
Y lo peor es el baño:
- ¡¿ Cómo es posible que cada vez que termino de limpiar el baño, él necesita usarlo?! ¡ Diez minutos pido, que dure aunque sea sólo diez minutos el aroma a fresco limón!
Entonces cuando todo parece haber terminado, levanto la revista que él acaba de dejar tirada en el piso del baño y veo esas fotos de esas preciosas casas en donde parece que nadie vive de tan impolutas que están; mientras él se saca las medias y las suma a la parva de ropa que dejó tirada en el piso, al costado de la cama.
Y ahí, cuando estoy a punto de estallar en palabras, es cuando él comprende que es mejor pasar a la acción.
Me mira (por encima de las montañas de ropa que se interponen entre nosotros), como para decir algo pero en cambio pone un video de "you tube", donde le enseñan cómo doblar las remeras. Y aunque no puedo creerlo, tampoco puedo evitar reírme.
Sí, es una manera bastante extraña de hacer las cosas, aunque tengo que reconocer que es una manera.
Su manera.
Después de todo Damas y Caballeros: "Siempre es mejor hacer, que decir algo
... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... - ... -